Desde una diminuta pluma de 2.1 milímetros, de las cuales sólo se fabricaron 50 en todo el mundo, hasta bolígrafos que se han utilizado en acontecimientos importantes del Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec (TESE) son ejemplares que forman parte de una colección de 200 artículos que se exhiben en el Museo de la Pluma, ubicado en el edificio de vinculación de este plantel.
Leobano Mejía Montoro, jefe del Centro de Información del TESE explicó que este recinto pertenece al ingeniero Humberto Rodríguez Lozano, presidente del Club Mexicano de Coleccionistas de Pluma A.C. y él lo dejó en comodato al TESE, por lo que esperan que pronto se pueda dar una donación de todas las piezas que conforman la colección que son exhibidas a todo el público de manera gratuita
Las piezas están dispuestas conforme a la evolución del hombre, desde su principio cavernícola hasta nuestros
días, «del primitivo manguillo de hueso hasta la moderna pluma espacial, pasando por la primera pluma de ave extinta archacopterix», esto de acuerdo a datos que contiene un tríptico informativo.
Pueden observarse utensilios de hueso y piedra con las que el hombre hacía marcas, después se pueden ver los punzones que son de origen chino y que se empleaban con la tinta para empezar la escritura en papel.
Hay también tinteros prehispánicos de diferentes épocas y una colección de plumillas y manguillos que son los antecesores de lo que fueron los bolígrafos y lápices actuales.
Además hay cortadores de plumas de aves y diversas muestras de tintas que son traídas de diversas partes del mundo y de todas las épocas, como la cochinilla grana, que es una especie de tierrita que servía para escribir, hasta los pigmentos más actuales.
También pueden verse plumas que están clasificadas por marca y las más tradicionales son la parker, schiffer, wereaver y pelikan.
Se distinguen plumas originales que además de escribir eran navaja, reloj, cámara fotográfica, lámpara, grabadora, y una más que trae hasta la parte de los mapas del metro o plumas multicolores.
Otra colección del Museo es la que perteneció a las compañías como promocionales, como la de una refresquera trasnacional durante sus inicios, algunas son de Telmex, del IMSS, entre otras.
Las hay que pertenecieron a actrices como las de Sara García, las del compositor Roberto Cantoral, un manguillo que perteneció a la poetisa Gabriela Mistral y algunos artículos que pertenecieron a algunos artistas, como por ejemplo una fotografía autografiada de Pedro Vargas.
Otras piezas son plumas que pertenecieron a ex presidentes o políticos mexicanos, como Luis Echeverría, Miguel Alemán, y a algunos políticos de esa época otras que fueron de la campaña de Ernesto Zedillo.
Sobre la pluma más diminuta, el jefe del centro de información del TESE aclaró que las 50 que se fabricaron fue para conmemorar la puesta en marcha del clip con el que ahora sostenemos las plumas.
Otra pieza destacada del Museo es una plumilla cazoleta con la que se puede escribir con oro líquido lo que permite dosificarlo y existe una original colección bélica, plumas que tienen función de pistola y algunas con las que se han firmado algunos convenios del TESE.
Leobano Mejía resaltó que antes de cambiar el Museo de la Pluma de edificio de Vinculación contaban con 500 piezas, ahora son 200, y las que faltan están en una muestra itinerante que es promovida por el dueño de la colección.
